El estreñimiento es una afección muy común y evitar que aparezca suele ser más sencillo que tratarlo. Por lo general, se puede suavizar haciendo pequeños cambios en nuestro estilo de vida y nuestros hábitos alimenticios. No obstante, el problema puede persistir e incluso hacerse crónico, dando lugar a inflamación, dolores abdominales, cólicos, etc. Esto repercute en nuestra salud, haciendo que disminuya nuestra calidad de vida. En este post hablaremos de un tipo de Fisioterapia no muy conocida que contribuye a la mejoría de este trastorno intestinal.

 

¿Qué causa el estreñimiento?

 

En los adultos, el estreñimiento puede aparecer debido a diversos factores. Nuestro ritmo intestinal puede estar muy condicionado por nuestros hábitos y estilo de vida. Entre las causas más comunes se pueden observar las siguientes:

 

  • No ingerir suficiente fibra, como frutas, verduras y cereales.
  • Beber poca agua.
  • La falta de actividad o ejercicio.
  • El estrés y la ansiedad.
  • La alteración de nuestros horarios.
  • Efecto secundario de algunas medicaciones.
  • El embarazo y las primeras semanas después del parto.

 

Fisioterapia para tratar el estreñimiento

 

Hay ocasiones en las que no se observa progreso aunque hayamos realizado cambios positivos tanto en nuestra rutina como en nuestra dieta. Los medicamentos destinados al tratamiento del estreñimiento, como los laxantes, a veces tampoco resultan efectivos. Además, su uso prolongado puede alterar de manera grave nuestro sistema intestinal provocando incluso un efecto rebote y afectando nuestra salud.

 

Entonces, ¿qué hacer? Contamos con aliados que ayudan a combatir no sólo el estreñimiento, sino un sinfín de afecciones. Entre ellos se encuentran el Pilates y el tema que trataremos hoy: la Fisioterapia visceral. A pesar de ser uno de los métodos más efectivos para tratar este tipo de problemas, su uso no está muy extendido. En parte se debe al desconocimiento por parte de la población del amplio abanico de aplicaciones que tiene la Fisioterapia. Por norma general, esta suele asociarse con el limitado campo de la rehabilitación o los dolores de espalda.

 

La Fisioterapia visceral

 

Se trata de una técnica de terapia manual, que a través de maniobras y movimientos suaves, evalúa la relación entre los órganos del cuerpo (por ejemplo, vejiga, intestino, útero) y otras estructuras, como los músculos, tejidos, ligamentos y articulaciones. Está basada en que todas las vísceras, no sólo tienen movimiento propio,como cualquier otra estructura corporal, sino que necesitan que se produzca para poder funcionar.

 

Cada órgano tiene un rango de movimiento natural necesario para que este trabaje correctamente. Cuando se producen tensiones, el órgano se bloquea y es incapaz de realizar sus funciones de manera adecuada. Este bloqueo o restricción del órgano puede estar originado por diferentes causas: cicatrices quirúrgicas, infecciones, malas posturas, lesiones traumáticas… Dicha restricción evita la acción de deslizamiento del órgano sobre otras estructuras internas del cuerpo, creando un área de tensión. Nuestro cuerpo aprende a adaptarse moviéndose alrededor de esta área y, con el tiempo, este movimiento repetido puede conducir a una irritación e inflamación crónica del órgano.

 

La Fisioterapia visceral se utiliza para localizar y resolver problemas en todo el cuerpo. Contribuye a la activación de nuestros propios mecanismos naturales para mejorar el funcionamiento de los órganos, influye positivamente en el metabolismo, disipa los efectos negativos del estrés, mejora la movilidad del sistema musculo-esquelético a través de las uniones de tejido conectivo y es un remedio eficaz contra los problemas digestivos, entre ellos el estreñimiento.

 

Si tienes alguna duda sobre el alcance de la Fisioterapia en todos los ámbitos de tu salud, ponte en contacto con nosotros y te asesoraremos para que encuentres el tratamiento que más se adecua a tus necesidades, además de llevarlo a cabo con la mayor profesionalidad y eficacia.

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