Cuatro de cada cinco personas experimentarán dolor de espalda en algún momento de su vida. Es una afección muy común que por lo general no está causada por nada grave y tiende a mejorar en pocas semanas. Pero otras veces, esa molestia puede volverse más dolorosa y persistente. Para evitarlo, la Fisioterapia es la solución más eficaz.
Causas del dolor de espalda
¿Por qué el dolor de espalda es tan común? La espalda es una estructura compleja de nuestro cuerpo. La forman treinta y tres vértebras, más de treinta músculos y diversas articulaciones, ligamentos y discos. Cuando cualquiera de estos elementos resulta dañado, se pueden experimentar molestias en esta zona.
El dolor puede estar causado además por enfermedades concretas. Algunos ejemplos muy habituales son las hernias, la espondilitis anquilosante o la escoliosis. Pero también puede deberse a pequeños gestos que realizamos cada día. Las malas postura, tanto al sentarnos como al dormir, una posición incorrecta a la hora de levantar peso, lesiones deportivas, nuestro trabajo (muchas horas de pie o sentados), el sobrepeso e incluso el estrés pueden ser factores que influyen en la aparición del dolor de espalda.
Tipos de dolor de espalda
Fundamentalmente se puede distinguir entre tres tipos principales de dolor de espalda, atendiendo a distintas características fisiopatológicas.
- Dolor mecánico: Es el más frecuente. Se agudiza con el movimiento y desaparece cuando se está en reposo. Puede aparecer a cualquier edad y suele deberse a un traumatismo o distensión muscular. Los desencadenantes más frecuentes son las hernias, los esguinces lumbares o las enfermedades congénitas que producen deformaciones.
- Dolor inflamatorio: No desaparece con el reposo, incluso empeora a la hora del descanso nocturno. Por lo general, aparece en edades inferiores a los 40 años. Las causas más comunes son las enfermedades autoinmunes, que hacen que el cuerpo ataque sus propios tejidos sanos, y las infecciones vertebrales.
- Dolor neuropático: Este tipo afecta a los nervios lesionados que aumenta con el roce entre los mismos. En estos casos, los sistemas nervioso central o periférico funcionan anormalmente, interpretando los estímulos sensoriales como sensaciones dolorosas. Aunque su origen no está claro, suele estar asociado con enfermedades graves como cáncer, accidentes cardiovasculares y cerebrales.
La Fisioterapia para mejorar el dolor de espalda
Sean cuales sean las causas o el tipo de dolor que nos afecte, cuando este se hace persistente o interfiere y dificulta las actividades de nuestra vida diaria, es muy recomendable visitar a un fisioterapeuta. La Fisioterapia no es solo un tratamiento eficaz para la mejora del dolor, sino que también ayuda en su prevención.
El fisioterapeuta puede proporcionar una serie de recursos, consejos y ejercicios al paciente para que aprenda a aliviar su dolor o evitarlo en el futuro. Así, mejorará su calidad de vida. También puede ayudar en la reeducación postural, que es capaz de corregir una amplia variedad de dolores de espalda. Los ejercicios deben estar siempre supervisados por el especialista para garantizar sus correcta realización y evitar futuras lesiones. ç
Técnicas como el masaje, la terapia manual, los estiramientos o los contrastes con frío y calor son muy beneficiosos. La mayor parte de tratamientos y técnicas de esta disciplina están destinados a lo que más preocupa al paciente: aliviar el dolor. Pero los beneficios de la Fisioterapia en esta zona también incluyen la mejora de la movilidad, la flexibilidad y la fuerza muscular y la prevención del deterioro físico, ayudándonos a conseguir una mayor sensación de bienestar.