A menudo escuchamos que una buena postura es esencial para una buena salud y reconocemos una mala postura cuando la vemos. En muchos adultos es la consecuencia de los malos hábitos llevados a cabo durante largo tiempo. Pero pocas son las personas que tienen una comprensión real de la importancia y la necesidad de movernos y sentarnos correctamente. Muchos problemas de espalda y de articulaciones podrían evitarse simplemente cuidando este aspecto. Entonces, ¿es posible corregir una mala postura?

 

¿Qué hace que una postura sea buena o mala?

 

La postura es la posición en la que sostenemos nuestros cuerpos mientras estamos de pie, sentados o acostados. Sin ella y los músculos que la controlan, simplemente caeríamos al suelo. Mantiene nuestro equilibrio. Pero va mucho más allá de nuestra columna vertebral. En ella intervienen las articulaciones, los ligamentos y el resto de huesos de nuestro cuerpo, funcionando como un todo.

 

Existen dos tipos de posturas corporales. Por un lado, la que se mantiene cuando estamos en movimiento y que se denomina postura dinámica. Por otro, la que se tiene no nos movemos, como cuando dormimos o estamos sentados, y que se llama postura estática. Ambas son igual de importantes para nuestras salud física.

 

La clave para mantener una buena postura está en la columna vertebral. Esta es el eje central de nuestro cuerpo y su posición determina la de todo nuestro esqueleto en su conjunto. Está compuesta por tres curvas naturales, que asemejan la forma de la letra S. Una buena postura es aquella que permite que la línea natural que forman estas curvas se mantenga en lugar de acentuarse. Y esto debe ocurrir tanto en posición estática como dinámica.

 

¿Por qué es importante una buena postura?

 

Una buena postura es la que nos ayuda a agacharnos, caminar, sentarnos o recostarnos en posiciones que ejerzan la menor presión sobre los músculos y ligamentos de apoyo durante el movimiento. Nos ayuda a mantener los huesos y las articulaciones en la alineación correcta para que nuestros músculos no sufran sobrecargas y evitemos así que alguna dolencia o lesión pueda aparecer.

 

Tener una postura correcta permite que los músculos trabajen más eficientemente, permitiendo que el cuerpo use menos energía. Por eso, previene la fatiga. Para mantener una postura adecuada, debe contarse con una fuerza y ​​flexibilidad muscular adecuadas. Pero también un movimiento normal de la columna vertebral y otras regiones del cuerpo. Para ello, debemos reconocer nuestros hábitos posturales y trabajar en ellos si es necesario.

 

Pilates para corregir nuestra postura corporal

 

Entre los numerosos beneficios del pilates, está demostrado que contribuye a corregir nuestra postura. Restaura el alineamiento corporal y contribuye al fortalecimiento. Al tener una mayor flexibilidad de la columna vertebral, nuestros músculos trabajan con la tensión adecuada y no se fuerzan.

 

Mediante el Pilates conseguimos algo esencial: más conciencia y control corporal. Con él, desarrollamos mayor percepción de los movimientos que realizamos y nuestro cuerpo se irá alineando progresivamente. Como resultado, la postura se corrige y los resultados tanto estéticos como en la salud, son notables.

 

La Fisioterapia para corregir nuestra postura corporal

 

Cuando hablamos de postura y de la mecánica de movimiento de nuestro cuerpo, nadie está más cualificado que un fisioterapeuta para ayudarnos. Son diversas las técnicas que se utilizan, ya sean ejercicios de equilibrio, balones de estabilidad, estiramientos y otras terapias de movimiento.

 

En Fisioterapia, el especialista evaluará tanto nuestra postura como nuestros hábitos y nos dará una serie de pautas y ejercicios que nos guiarán hacia una postura correcta, que como ya hemos dicho, es esencial para evitar futuras dolencias, devolver al cuerpo su equilibrio funcional completo y poder gozar de una buena calidad de vida. Por lo que también es beneficioso acudir de manera preventiva.

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